Colmo la paciencia del Cocker , porque este se enredo con la remera y no podía deshacerse de ella.Fui en su ayuda y ni bien Manuel pudo liberarse se lanzo sobre Pelouche y mi marido y yo,tuvimos que separarlos. El caniche termino bastante lastimado. Lo llevamos al veterinario y
le hizo las curaciones.Optamos por separarlos. Cada uno permanecia en su lugar, por separado.Al
cabo de una semana,tuvimos que ceder, volviendo a ponerlos juntos. Peouche lloraba, lo buscaba
por todos los lugares y husmeaba la puerta de la habitación en donde se encontraba Manuel,este
por su parte también se mostraba triste, decaído, rechazaba los alimentos que le ofreciamos y se
mostraba interesado cuando oía o notaba la presencia del caniche. Este fue el motivo por el cual
tuvimos ceder .El dia que los dejamos libres y juntos fue para ellos una fiesta,Pelouche saltaba mas que de costumbre y lamia las patas de Manuel, este animalito, para nuestro asombro corría
junto a su compañero,se notaba que los dos estaban muy contentos y que realmente se habían
extrañado mutuamente. Pelouche seguía con sus travesuras,pero parecía respetar a Manuel y
saber lo que le molestaba,porque actuaba alegre y movedizo ,pero de distinta forma, era como si
lo respetara mas.Por su parte el buenazo de Manuel, ya no parecía molestarse por las locuras de
ese perrito que lo volvía irascible.Ese dia del reencuentro jugaron juntos un largo rato y luego se
fueron a dormir los dos juntos y así sucesivamente lo hacían durante todos los días. Compartian
sus juguetes, y todo lo que podían. Ahora con nuestros dos mascotas en armonía somos una linda
familia feliz.-Luisina.-
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